viernes, 28 de diciembre de 2012

"Luigi"

Trabajo con gente peculiar, pero la palma se la lleva Luigi. Como buen italiano en Amsterdam, vino por la marihuana. No es que la ame, es que es todo lo que le interesa y todo lo que hace. Trabaja en la tienda porque es de accesorios de marihuana, y aunque le paguen una mierda, seguirá ahí toda la vida si hace falta.


Es de los tipos más delgados que he visto en mi vida, de cara chupadísima, pelo moreno y ojos azules. No se puede decir que Luigi sea feo, pero se le ve poco cuidado, como con mala vida.

Y es que no hace otra cosa que fumar. En los descansos sale disparado al 401, un coffee cercano, donde todos por supuesto le conocen. Conforme entra ya le están sacando la pipa de agua. Se mete al pecho dos buenas pipas en los quince minutos que tiene, y vuelve a trabajar como si nada. Como siempre tiene pinta de enfermo importa poco que lleve los ojos algo rojos, nadie notaría la diferencia.

Luigi nos pregunta a todos qué fumamos, dónde lo compramos y cuánto pagamos. Yo aún estoy en fase de descubrir sitios y compro en cualquier lado, pero Luigi me está ofreciendo la misma calidad a mitad de precio. No es que él venda, es que pilla para él a los dealers directamente, y así le hacen precio. Sospecho que él se apunta un par de euros por bolsita de gramo que le encargamos, pero es que aún así me sigue saliendo más barato. El tío se ha montado una red semiclandestina en la tienda, y yo lo celebro.



Un día Luigi me dijo que cuando se desvela en mitad de la noche, se levanta y se prepara una pipa cargada de Amnesia Haze, Silver Haze o similar (alguna yerba de las más potentes), se la fuma y se vuelve a dormir. Así se las gasta el italiano.

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