martes, 26 de febrero de 2013

"Deporte y tantra"

No había escrito nada, ni quiero, pero el día de los enamorados lo pasé mal recordando dónde y cómo estaba hace un anyo. La ciudad está llena de angelitos rubios por cada rincón, y los culitos perfectos que se ven sobre las bicis han hecho mi delirio por unos meses, pero tengo que empezar ya a salir más y conocer gente, porque la líbido a veces me domina. Como consecuencia directa de esto, he tomado dos decisiones importantes: hacer deporte y volver a retomar las prácticas de tantra que inicié en Madrid hace dos anyos.

El otro día me descubrí cayendo en pensamientos que me asustan, no quiero echar de menos ni el amor ni el sexo, aunque la carencia del último ya escuece a raudales. Trato de evitar el barrio rojo, porque si paso por las ventanas, aquellas esculturales figuras se me clavarán en las pupilas, tatuándome el deseo y encadenándolo a los cristales, condenándome al inevitable pecado. No soy putero, pero no podría evitar eternamente la insinuación femenina tan explícita. Y qué decir del neón, del rojo, la lencería reflectante.

Tenía que hacer algo con toda esa energía. La solución fácil, viviendo solo, hubiera sido correr las persianas, bajarme el pantalón y darme placer como un adolescente enrabietado con la inspiración de alguna diva del sexo, gentileza del videoservidor de porno gratuito de turno. Pero los descubrimientos que he hecho los últimos anyos me obligan a aprovechar las infinitas posibilidades energéticas del sexo.

sábado, 16 de febrero de 2013

"Tomando aliento en Amstel"

Hoy he parado a respirar junto al puente de Amstel por un rato. No muy lejos hay un banquito, y a eso de las cuatro ha hecho sol. Yo volvía en mi bici desde el centro, hacia casa, pero sabía que iba a encerrarme y fumar mil canutos, probablemente ver algunos vídeos de los temas locos que me interesan, cenar fuerte y fumar de nuevo hasta morir. Sin embargo me he revelado: no puedo entregarme a esta vida de turista eternamente, tengo que fumar menos y aprender a vivir sin gastar, así que he decidido pararme... a fumar un par de petas pensando en mis cosas.

Me tranquilizan las aguas quietas de los canales, ver las casas flotantes al otro lado del canal. La gente allí hace sus vidas despreocupada, a algunos puedes verlos desde lejos: haciendo la colada, viendo la tele, tocando el piano o incluso haciendo sus flexiones y ejercicios. Me ha hecho pensar. Qué bien estaría terminar encontrado una casita así, algún día. No es fácil lo de la casa por aquí, aunque yo tuviera suerte con la mía. Me quedan dos meses para dejarla y he empezado a buscar, pero los precios son abusivos y no hay nada para uno solo. Compartir casa te pone en la situación de tener que afrontar innumerables castings a lo "Gran hermano" que al final sólo derivan en tardes improductivas buscando casas en Google maps y pasando frío con la bicicleta.

lunes, 4 de febrero de 2013

"Fase 2 ya, por favor!"

A veces me siento un mierda egoísta, una mala persona aunque sepa o piense que no lo soy. En el fondo, con la ilusión de la llegada había ignorado y pasado por alto todas las cosas que me podían llegar a irritar. Metido en mi traje de explorador aventurero, de místico en busca de luz, me resbalaba un poco todo lo molesto, y prefería ver sólo las risas y los lados dulces de las cosas y situaciones. Debe ser la escasez de dinero, y de tiempo, y hasta de amistades, la que me está predisponiendo a pensar y sentir cosas que no quiero. Iré por partes.


Chispita es graciosa aunque menudita, y admitiré que bastante mona de cara. Tiene unos labios que pueden evocar grandes fantasías sexuales, y desparpajo como ella sola. Una pena que sea espanyola, porque vine con bastante prejuicio a mis paisanos y con exacerbadas ganas de follarme cuantas guiris pudiera. Siempre me ha puesto bastante cachondo eso de compartir peripecias en la cama en otros idiomas. Chispita es amiga de amigos comunes, y lleva poco en la ciudad también. Una tarde de esas de café con porrito, Chispita se me abrió emocionalmente y me contó lo mal que lo había pasado por culpa de su novio en Espanya antes de venir. Yo estaba en grandes momentos de inspiración, con una vibración alta, y le hablé demasiado bien y con consejos demasiado acertados. Lo cinematográfico de mi tono de voz debió hacer el resto, porque Chispita quedó prendada de mi en ese preciso momento: lo supe. Han sido muchos cafés desde entonces, aunque he intentado evitarla, porque no quiero nada. Igual debería follármela, igual me vendría bien, igual no debería ni cuestionármelo, pero siempre he sido un poco especial y perezoso, y las chicas que me han gustado me han tenido que "gustar de verdad", una política que no me ha traído las mejores cosechas.

viernes, 1 de febrero de 2013

"No es oro todo lo que reluce"

He estado sin escribir mucho últimamente, y he seguido descubriendo la ciudad un poco más, pero las limitaciones que tengo ahora mismo me están frenando, lo siento así. Es cierto que en Espanya no era mejor la situación, pero quizá había idealizado el cambio pensando que todo iría genial y rodado casi desde el primer día, pero no: en Amsterdam tampoco atan los perros con longaniza.

Trabajar en la tienda, más allá de mirar a las ninyas que desfilan por allí cada día, se me empieza a hacer tedioso, largo, extremadamente aburrido. Tengo que estar todo el día de pie, y aunque no tenga responsabilidades, termino agotado y sin energía. Ese modus vivendi ha alentado y potenciado que sólo me dedique a comprar yerba y hash y enclaustrarme en casa, calentito, a fumar.